normA — “CRO9UIS”
Crítica del disco publicada originalmente en Silencio.
La mejor forma de guardar un secreto es dejarlo a la vista de todos. La ciudad de La Plata, de hecho, está plagada de símbolos y monumentos cuyos significados escapan al entendimiento del ciudadano de a pie. Aunque algunos no lo sepan, aún cuando caminan por esas diagonales, en el trazado de la ciudad están representados un compás y una escuadra inmensa que hacen referencia al Gran Arquitecto del Universo, la figura masónica de la deidad. normA, por su parte, ese cuarteto frenético de rock directo y oscuro atravesado por el post punk que se formó en 2002, hace tiempo dejó de ser un secreto platense. La etiqueta constante de banda de culto es un limitante que deben y quieren romper para, por fin, no tener ataduras. Para eso fueron los arquitectos de su propio universo y construyeron un nuevo álbum donde dejaron nueve Croquis para una vida paralela a la vista de todos y, esta vez, sin misterios.
Guiadas por las voces filosas y las guitarras ya características del grupo, las nueve canciones de CRO9UIS habitan el momento previo y la tensión de lo que está a punto de estallar, lo que se va a romper. En la tapa, de hecho, se ve un techo con un agujero y detrás un cielo claro, limpio, celeste. “No somos héroes / no somos mitos / Somos amigos del ruido infinito”, advierten de entrada en “D78”, el que fue el primer adelanto del álbum. Y como ellos mismos avisan, normA ya no es un mito sino una realidad, aunque sí se muevan constantemente entre la mitología platense. “Todos los colifas / todos los locos / por el diagonal 78”, cantan. Esa es, justamente, la que corre por el centro neurálgico del espíritu de la ciudad: la diagonal pasa por la facultad de Bellas Artes, el antro rockero y legendario Pura Vida, la Plazoleta de los Lápices, la Biblioteca de la Universidad, Plaza Rocha y desde allí al bosque.
De todas formas, para llegar a la iluminación y salir del ostracismo, el camino es oscuro y hostil. “Amarnos”, la canción que cuenta con Sergio Rotman en el saxo, es una pregunta sustancial en un punto de desconcierto. “¿Qué nos sucedió? / ¿Qué fue lo que pasó que nos hizo amarnos?”, preguntan y desde allí se pasean entre lo luminoso del sonido y lo oscuro de la letra: “Quiero música triste que nos haga divertir / Dame música triste”. Sin embargo, el tema que sigue profundiza el desconcierto. “Strat” es un thriller en sí mismo: Chivas casi no canta, recita, y utilizando los silencios construye un relato de tensión, como si el secreto no fuese normA sino lo que él está a punto de revelar entre susurros. La novedad es, además, la extensión. De aquellas canciones urgentes e iniciáticas del grupo que no pasaban los tres minutos, en CRO9UIS se toman su tiempo y casi todas rondan los cinco.
Otro de los que se había encargado, en varias ocasiones, de quitar el manto de mito al rededor de normA fue Fito Páez. En diferentes entrevistas llegó a definirlos como “personajes de John Waters, empastillados, cuarentones, estudiantes de ingeniería. Todos empilchados con camisas que hacen una música muy podrida” y luego, sobre el escenario del Polideportivo de Gimnasia y Esgrima La Plata, un lugar histórico para la música local, afirmó que normA era su banda preferida de todo el mundo. Esa madrugada, el after show fue en la sala de ensayo de Tolosa y así, entre gestos de cariño, llegó a participar en “Metropolice” con una intro en piano que con suspenso hace las veces de paso previo para uno de los temas más normA del álbum.
“Citrix” se escucha como un réquiem y a cómo sonaría llegar al cielo si el Gran Arquitecto del Universo fuese punk y estuviese triste y algo enojado. Acompañado con la voz de Paz Asurabarrena, Chivas y normA transmiten un cielo claro, ese que está por arriba de las nubes. “Vas hacia el lado blanco del resplandor / Estás esperándonos”, dicen para despedirse finalmente con la cola de un sintetizador sonando hasta desaparecer, liberando la tensión que se construyó durante todo el álbum. Este, el quinto disco del grupo, es la clara imagen de su última versión pero también de lo que son y fueron a lo largo de todos estos años. CRO9UIS y normA ya están a la vista de todos, pero quizás ahora ya no existan los secretos.
